2014 10 24
Vuelven las curvas…
el cielo sigue empedrado
después de tanto tiempo.
La lluvia se difumina
entre mi ropa calada,
mis huesos siguen fríos…
se
rompen fácilmente.
El cálido verano
queda lejos después de dos semanas…
Aquel estado que parecía eterno,
ese sol, dibujado por un niño pequeño,
con su casita y su río…
La inocencia nunca existió.
El sendero se ensombreció,
-como la vida misma-
la brújula tiritó tantas veces
que acabó desvaneciéndose.
Ahora todo es más difícil,
más real, más intenso…
Volver a escuchar mis latidos
tiene
esas cosas…
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