2014 10 13
En la trinchera despojada
de ornamentos y artificios,
con pantuflas, mis pelos,
el pijama viejo y un cenicero
agobiado de humo;
despejo las dudas de mi futuro
con la misma angustia de siempre...
Del amor conocido
al desconocimiento de la causa
de esa necesidad de compañía barata
que hará de diciembre un lugar de encuentro...
Como si los diamantes fuesen baratos
y la edad para regalarlos infinita...
dime cómo hacer para no volverse loco
frente al evangelio descrito cada mañana.
En mis venas se desgañita
un borracho que un día fue rey de bastos,
enemigo del personaje anónimo
que se esconde entre las mayorías,
ese que es protagonista del telediario
que odio tanto, que detesto.
Me sienta fatal mi vida
cuando doy dos pasos atrás
para coger carrerilla...
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