2014 10 30
Alegrías tan furtivas,
tan escandalosamente fugaces
como el directo de tu tema favorito
en el concierto de tu vida
(Turnedo,
su voz ronca;
mano en
el bolsillo del traje…
Orgasmo
de satisfacción…)
Detalles tan minúsculos
como entonar una sonrisa
por el mismo chiste malo
una y otra vez…
Dedicar ese instante cada tarde
para escuchar mis súplicas,
aventuras de quinceañeros
que creía olvidadas,
perdidas en el tintero aquél
que me regaló la abuela;
sin saber que al final
su tinta iba a encharcar
mis silencios…
sin saber que iba a cubrir mi mesa
de alegrías furtivas
que hacen temblar al espectáculo…
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